Fabio llegó a Lima en marzo, con su esposa Flavia, para participar en un torneo de tenis adaptado. Vinieron desde Brasil, y aunque solo estuvieron una semana, nos dejaron una lección que en Juntos no vamos a olvidar.
Fabio se moviliza en silla de ruedas, pero ni eso, ni las barreras que a veces impone la ciudad, fueron suficientes para quitarle el entusiasmo de seguir viajando, conociendo, soñando.
Junto a Flavia —su compañera, su cómplice, su equipo— han recorrido diferentes países, disfrutando de esta etapa de la vida en la que el deporte es más que una competencia: es libertad.
Ambos son dentistas de formación, pero hoy sus días están dedicados a vivir sin prisa, con propósito, y con la alegría de saber que la vida no termina cuando una silla aparece, sino que a veces, empieza de otra manera.
Durante su visita, utilizaron nuestro servicio de transporte adaptado y nos demostraron que el verdadero viaje es el que se hace con actitud. Ellos no se detienen. Porque donde muchos ven límites, ellos ven caminos. Y lo más importante: siempre lo hacen juntos.
Desde Juntos, celebramos su historia. Porque creemos en una ciudad más accesible, más humana, y más consciente. Y porque cada vez que acompañamos a alguien como Fabio, confirmamos que la inclusión no es un destino: es un camino que construimos… juntos.


